
TIPOLOGÍA
TIPO
En femenino:
¡Qué buen tipo tiene!, generalmente se refiere al buen tipo femenino.
¡Qué tipazo!, insisto, como queriendo indicar que el cuerpo de la tal señora es esbelto, bien proporcionado; curvas y rectas donde deben estar; ojuelos garzos y profundos como para nadar en ellos; labios carnosos, pecho provocativo, vientre acogedor, trasero prieto (mejor subido que en el suelo), manos finas dispuestas a la lenta caricia con sus uñas limpias y bien cuidadas, pelo ensortijado como gacelas, piernas largas y torneadas, medias de seda negras que luego deslizan hacia abajo con inocencia y picardía, zapatos de tacón de aguja; y que encima vaya diciendo: Te busco a vos.
Generalmente se lo decimos a la mujer de otro, no a la propia; y ese otro es el único, normalmente, que la goza. La goza los diez mejores años de la mujer, que son los que van de los 28 a los 30.
Descalza hasta la barbilla y con su garbo no es que sea bella: es la belleza.
En masculino:
Se usa en despectivo en clara discriminación sexual, ¡Vaya tipo!, indicando que es un malaje, como salido de la cárcel por indulto o que no debiera haber salido.
LOGÍA
Aquí, la clave del concepto está en la tilde. (Hay que ver lo que vale una minúscula rayita, no de droga sino gramatical, que la mayoría de los mortales se empeñan casi siempre en poner donde no deben y no ponerla donde se debe. ¡Anda que lo de las comas!). Con ella indica ‘ciencia’, como sufijo. De la misma rama (vanidad) que Psicología, Metodología, Pedagogía… por otra parte tan en boga, tan pomposas, tan importantes que resultan hoy (ayer nos criamos de otra manera y mira quién nos manda hoy) y tan inútiles como las hagan sus practicantes. Geología, Biología, Teología…
Otras como Ocultismo, Espiritismo que terminan en “ismo” son ciencias “lo mismo” que las anteriores, tan en boga, tan pomposas, tan engañosas…
Y otras que terminan “por libre”, como Historia, Lengua, Literatura… son las incunables y propias de desocupados del PER, poco creativas, ni siquiera recreativas sino especulativas y cultivo de manifestaciones para justificar sus suculentos emolumentos (léase cabezas de sindicatos, historiadores de pacotilla, literatos intrusos, vividores políticos, timadores al fin y al cabo. Los historiadores siempre estudian para petrificar el pasado. ¿Crearán alguna vez? «Son como malos contadores de cuentos y, muchas veces, hasta infieles» —afirma Pasadas, el director de la Academia, por ejemplo).
Sin tilde, LOGIA es un local donde se celebran asambleas de funcionarios de franc‑masones o la propia asamblea. Como suena. (Recogido de fuentes fidedignas. Léase amplia bibliografía de las parejas Carmen y Juan, Toro y otros, Paco y Martín, VVarios y AAutores). Y esto merece la pena aclararlo.
Lo de Franc
O es relativo al jugador del Depor o se le ha caído una “o” final, que a su vez puede significar ‘liberal, dadivoso, bizarro, elegante’ o ‘evocación de un anterior Jefe de Gobierno español que ganó una guerra y dicen que se aprovechó de las circunstancias durante treinta y nueve años’, con el que todos estaban de acuerdo hasta que murió. (Al día siguiente “casi todos” habían estado “corriendo delante de los grises” en las Facultades, ¡qué instruidos eran todos!; o en el exilio ‑luego resultaba que había sido voluntario‑; o en la cárcel, condenados a muerte por sus ideas políticas y librados en el “último momento”; o haciendo trabajos forzados en El Valle de los Caídos para redimir la pena. Yo he estado allí y precisamente ni es un valle, ni hay caídos y, si los hay, mejor que no se levanten para no tener que cambiar las páginas de los libros).
Hoy casi todos somos monárquicos de toda la vida y sindicalistas y socialistas y comunistas que ganamos el “Mayo del 68”… pero acojonaos durante bastante tiempo. Ilustres estudiosos, han colocado a cada uno en el sitio de la Historia que se merece. ¡Faltaría más!
Y digo que suena a deportista, a generalísimo y a franco de ex-moneda de Francia (que siempre ha valido dieciocho veces más que la peseta, aunque ambas monedas ya hayan sido sustituidas por el euro, “uro” decía mi madre, probablemente acordándose del duro aquel de plata de Rey. ¡Esos sí que valían un duro! Las monedas, claro, no el Rey; o sí, que yo no sé).
Licencia 2.ª que el autor se toma:
Yo tengo guardado un franco y un duro de Franco. Ya sé que no fueron gran cosa, las monedas, claro, pero uno que es nostálgico…
Masón
Persona que pertenece a la masonería. Creo que es una secta como otras tantas que hay: el OPUS KLAN, el KUKUS DEI (¡avieso!), los saferos (de la ciudad de los muchachos), los verdes (que los hay sin tener en cuenta la edad), los taberneros, los proaceituneros, los proglobalización y los antiglobalización (yo creo que son los mismos, los hay que por un bocadillo…), los de la plataforma contra la intolerancia (aquí ni se toleran quejas ni otras ideas), a favor de los balseros, en contra de los marroquíes, a favor de los saharauis, en contra de la energía nuclear, a favor de la solar (o eólica, defienden los fraileros, por cierto, lugar este de Frailes ideal para los buenos “caldos”, por su tierra, su enclave, su agua, su buen aire del parque eólico que purifica las viñas, su alcalde, su reportero y por haber traído a la famosísima, admiradísima y viejísima Sarita Montiel antes de conocer al cubano).
Es una palabra que no hay que confundir con estas otras:
CASÓN: casa grande donde bien cabe una exdiputada alcalaína. También se lo decimos a un pescado.
GASÓN: Juez.
MAISON: casa en francés. La nueva casita del Príncipe, por ejemplo. De regalo. (Para lo que nos ha costado… en euros no es tanto).
MESÓN: Lugar donde sirven vinos y comidas baratas en una mesa muy grande.
RASÓN: “pa rasón, la mía”, desía Chaves.
TASÓN: “pa tasón, el nuestro”, desían los “guerra”.
YASÓN: Aquí ha habido una alternancia en el poder. Se quería decir sayón, que es un personaje de nuestra famosa, única y turística semana santa.
MAGÓN: mago grande, en aumentativo, como Aznar, dicen los de Chen.
MAHÓN: creo que es una isla o una cerveza.
MARÓN: lo dicen mis alumnos peques cuando quieren decir “marrón”. (Que no, coño, que no tiene bases americanas).
MAZÓN: es mazo grande. Algunos malagueños lo dicen a la persona que pertenece a la masonería. (Así acabo por donde empiezo).
Francmasonería
Asociación secreta con principios de fraternidad mutua, con emblemas y signos especiales que se agrupan en entidades llamadas “logias”.
«¡¿Y todo esto qué tiene que ver con el dominó?!», se preguntará el lector ansioso, neurótico de la dominomanía, ávido de conocimientos que le permitan avanzar y perfeccionar su incipiente sabiduría dominera…
Tengo que decirle a los tales sujetos que deben cambiar de juego. Que el dominó o es muy fácil o es imposible. Que se verá, relativamente pronto, si son capaces de tener paciencia y sangre fría, retratado en algún tipo de los que se describen después. Que se relean, del mismo autor, los dos capítulos anteriores. Que esto va a capítulo por año. Que me quedan todavía cinco, prorrogables, Dios lo quiera. Que yo escribo “a capella”. Que no me vendo. Que el tiempo en el buen dominó no existe (algunas partidas “superiores” no se sabe ni cuándo empiezan ni cuándo terminan). Que hay algunas esposas y madres que se han encomendado a videntes, magas, tarotistas, santos, fetichistas, hechiceros, pitolisos, porculeros, curanderos, curas (en su armario), adivinos, políticos, ajeros, caravaqueros, cuáqueros, tuberculeros, teresacamperos, cuatreros, alcalaineros de pega, operadores de triunfos, pataconejeros, ánimas del purgatorio, sexólogas, pedófilos, sermoneros, sodomeros virtuales, putas reales de don José y hasta la mismísima Duquesa de Alba, para que, con su indiscutible poder, saquen a sus maridos o hijos del abismo en que se encuentran abocados por culpa de esta ludopatía especial y escapismo (o refugio, según ellos) en general.
Así que, los que no estén de acuerdo, que se “apañen” otras seudolecturas que abundan por estos pagos y se enteren de cosas tan importantes como la clase de gripe que pilló un tal Andrés “el Mochilón” y cuántos reales costó su entierro hace 629 años, cuando iba con su cabra por el sendero y se encontró una piedra que pudo muy bien pertenecer a la edad avanzada del Paleolítico Intermedio, año de la garrapata en China. Además, algunos autores locales te lo dibujan, encima. Y es que hay días en que todo sale bien, quiero decir mal. ¡Francmasón!