17-06-2008.
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TANTOS Y TAN DIVERSOS ERAN que decidieron secretamente
aniquilarse. Se jugaron el poder a las cartas, al ajedrez
o a lanzadas limpias en lucha en campo abierto;
o en un juego de astucia entre las selvas. Los vencidos
fueron arrojados a las entrañas ardientes de los volcanes
para hacerse luz o fuego o materia natural de los diamantes,
y así permanecer entre los dioses. Con la piel
de los malheridos los triunfadores construyeron timbales para
anunciar a los hombres su llegada desde los espacios
desconocidos, y hacer ver que eran los poderosos,
los únicos dioses de la fuerza y la gloria.