12-11-07.
La prensa exagera. Las molestias que los retrasos ocasionan a los usuarios de los trenes de cercanías, al parecer, no son del todo ciertas. Un señor me cuenta que coge el tren a las seis de la mañana en Viladecans y que, después de recorrer veinte kilómetros, se planta en su oficina de Barcelona a las doce del mediodía. ¡Como un clavo!