Inquietante brote nacionalista en la provincia de Palencia

06-11-07.
Basado en hechos reales
Dice la nueva alcaldesa de Senillo del Monte, “La Jaca”, que el punto más importante de su programa de gobierno será mejorar la convivencia con los vecinos de Remansillo del Prado que, últimamente, andan algo soliviantados. Senillo y Remansillo ‑los nombres son supuestos‑ son dos pueblos de la provincia de Palencia, de unos cincuenta habitantes cada uno, con Ayuntamiento común ubicado en Senillo y distantes entre sí un kilómetro escaso.

Hasta hace poco, los muchachos de uno y otro pueblo iban a buscar novia al municipio colindante, como se había hecho toda la vida y como Dios manda. El día de San Zoilo, patrón de Senillo, en ninguna casa faltaban invitados de Remansillo; y en la festividad de San Fidel, patrón de Remansillo, Senillo se quedaba vacío. Unos y otros se reunían, alrededor de la mesa, a saborear un buen lechazo, en paz y amistad.
No obstante, hace un par de años que la relación entre ambos municipios se empezó a deteriorar de forma preocupante. Fidel, el alcalde que ganó las elecciones al grito de «FIDELÍN “FIDÁN” NOS DEBE GOBERNAR», decidió construir un frontón municipal en Senillo. A los pocos días, los vecinos de Remansillo pidieron para ellos otro igual. El alcalde negó la petición, argumentando que el pueblo no disponía de espacio suficiente para el emplazamiento de la instalación deportiva y los vecinos, enfadados, se manifestaron pidiendo su dimisión y gritando «¡FIDEL, MAMÓN, QUEREMOS UN FRONTÓN!». Y, como represalia, intentaron darse de baja del padrón municipal y empadronarse en Bilbao o en Barcelona, solidarizarse con el estatuto de autonomía de Euskadi o Cataluña y convertirse, de la noche a la mañana, en nacionalistas vascos o catalanes. Y, en prueba de que no amenazaban en vano, fueron a Senillo de madrugada y robaron el pendón de Castilla del balcón del Ayuntamiento.
Hace unos días, el señor Epifanio, al que ahora llaman, Fanio “Cannavaro”, fue a Senillo a pedirle al secretario del Ayuntamiento su propia acta de defunción. El secretario, hombre ocurrente y dicharachero, le dijo que para darle el certificado de defunción, o se moría o tendrían que matarlo, porque a los que están vivos no se les puede otorgar este certificado. Entonces Fanio, que a sus ochenta y seis años no se anda con chiquitas, intentó quemar un cuadro, colgado en la pared, con la fotografía del secretario, su esposa y sus siete hijos.
Cuando la Guardia Civil procedió al preceptivo interrogatorio, Epifanio confesó que, desde el asunto del frontón, se sentía nacionalista catalán; más que nada, porque desde muy pequeño era del Barça y porque tenía un hijo trabajando, en Vilanova y la Geltrú.
«Como nacionalista, yo sólo pretendía hacer lo mismo que esos muchachos de Gerona que hace poco salieron en televisión». Esas, textualmente, fueron sus palabras.
Ante tales acontecimientos, la nueva alcaldesa de Senillo del Monte, “La Jaca”, que ha estudiado en profundidad la línea filosófica de la Alianza de Civilizaciones, el pasado domingo, desde el balcón del Ayuntamiento, dirigió al pueblo estas palabras:
—¡Ciudadanos y ciudadanas!
(grandes aplausos)
Teniendo en cuenta que nadie es nadie para dar ni pedir cuentas a nadie…
(¡ovación cerrada!)
y, si lo pensamos bien, tampoco nadie es mucho más que nadie…
(¡gritos de aprobación!)
lo mejor sería que cada uno se sintiese a gusto, siendo de donde es, y sin que nadie quiera meterse en la casa de nadie. Porque, como ha dicho una ministra del Gobierno de España…
—y aquí alzó la voz y los brazos, entre el paroxismo del público rendido—
«Aunque España es muy grande, todos no podemos ir en masa a los mismos sitios y a la misma vez».
¡El delirio! Gritos de entusiasmo del electorado y expresiones de gratitud de la alcaldesa que, cruzando los brazos sobre sus pechos majestuosos, sonreía emocionada, en un gesto de entrega maternal. Y el pueblo, enardecido, la aclamaba calurosa e incondicionalmente; sobre todo, los mozos, que admiraban boquiabiertos, las razones, poderosas y de peso, que exhibía con ostentación, la nueva alcaldesa de Senillo del Monte, “La Jaca”.
A mí todo esto no me parece ni bien ni mal. Yo me limito a narrar, sencilla y llanamente, los hechos tal y como sucedieron. Pero, si a alguien se le ocurre alguna idea para resolver el problema del frontón, que lo comunique a la nueva alcaldesa, que ella sabrá agradecérselo de una forma u otra.
Barcelona, 4 de noviembre de 2007.

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