Zizagueos en desierto

02-11-07.
Burguillos continuaba el tratamiento. Las medicinas eran caras. Don Julio, el administrador del Hospital Provincial, era un sacerdote buen amigo suyo. Él le puso en contacto con sor Cándida.
Sor Cándida era una Hermana de la Caridad con muchos vuelos en la toca y en la vida: de buen carácter y muy hábil en el trato con médicos y practicantes. Le tomó gran afecto a Burguillos. Además de proporcionarle gratuitamente las medicinas, dispuso que le atendieran en una habitación contigua al botiquín.

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