Historia de una rosa

01-09-07.
Cuando alguien, con setenta y cuatro años a las costillas, dirige una institución tan importante como la Biblioteca Nacional y va diciendo por ahí que se alegra de que cada vez se vendan menos periódicos; que no lee la prensa, ni ve la tele, ni escucha la radio porque la crispación le inquieta tanto, que le impide trabajar; y cuando uno piensa que, seguramente, por eso le roban documentos de la Biblioteca, en estos casos,

Continuar leyendo «Historia de una rosa»