07-08-07.
Querido tito Miguel:
¡¡Cuánto hubiera yo deseado no escribirte estas palabras si no hubieses tenido ese inoportuno accidente el pasado domingo…!! La noticia de tu fatal desenlace nos ha llenado de pena y congoja a toda la familia que andábamos dispersa, veraneando, por toda la geografía nacional… Las lágrimas me anegaron, brotando cual negra tormenta, al saber ‑por mi padre‑ que habías fallecido… En esos, y otros momentos que han seguido a continuación, mi mente se ha llenado de imágenes positivas de tu preclara presencia entre nosotros, antes de que te fueras directamente al cielo de los justos con la inmediatez del rayo.