02-08-07.
Desde aquel día cambió su situación. Principalmente con el encargado. El trato se volvió deferente dentro de los límites establecidos, sutilmente complaciente. Pasó a la linotipia, a manejarla como complemento de su actividad. Porque él era cajista y cada día mejor. Si se quería hacer un trabajo sin faltas de ortografía, sin erratas, a él se lo encargaban.
Cambió su vestimenta. Con apuros pudo disponer de una chaqueta, su camisa y su corbata correspondiente. En el taller se ponía un batón.