19-10-06.
He leído, como un sediento, Una noche en Nueva York y La solución está en Shakespeare, dos libros de relatos, y he comprobado que Francisco Luis Redondo Álvaro es un paisano que, además de inteligente, versado, empedernido viajero y médico, es un escritor de los pies a la cabeza, pues se ha atrevido con el relato corto que tanta dificultad tiene, constituyendo un ramillete de historias entrelazadas, como todo buen escritor, de su sabiduría y vivencias, tanto personales como ajenas, para ofrecernos un campo abonado a la esperanza, un mundo nuevo soñado pero real, inconsciente y sin embargo empírico, que nos hace dudar si la realidad es pura ficción o la ficción es pura realidad. Varios de sus relatos juegan con el lector proponiéndole traspasar ciertos límites de la realidad para encontrar un mundo onírico, rico y variado, por el que se va paseando cual experto navegante en busca de esa Ítaca que tan lejos está y tan cerca tiene…
Este cirujano, que se ha pateado medio mundo desde que abandonó su tierra natal, y que como todo buen emigrante lleva a su Úbeda prendida en su alma, seguramente más que los que tenemos la suerte de no haberla abandonado o vivir en ella, sabe mostrarnos con sus tiernos y sugerentes relatos esa vida que se nos va por entre las manos, y de la memoria, construyendo una intrahistoria adobada de conocimiento, de lenguas extranjeras, de su mente a veces matemática, otras científica, siempre letrada y versada en múltiples lecturas, depurando unas historias que nos sorprenden y nos incitan a la observación, al pensamiento más profundo del que solemos hacer gala en el día a día…
Os recomiendo su lectura pues, además de pasar un buen rato enhebrando historias curiosas, a veces sencillas, otras más complicadas y hasta desorbitadas… vais a ir alcanzando un clímax literario de poso francamente borgiano…