Vinos nobles

24-09-06.
De nuevo podemos, después del verano, asomarnos a este magnífico “Café” y disfrutar de vuestra charla. Lo que está claro es que aquí no hay “Café para todos”. Bueno sí, en el fondo todos pedimos café. Coincidimos en lo fundamental, diferimos en los matices (va por vosotros, D y D principalmente). Eso es lo que nos une y nos diferencia, “no como otros” que no quieren el café para todos, sino el que recolecta el bueno de Valdés en Colombia para ellos y la achicoria para los demás. En este Café todos pedimos y deseamos café del bueno, el de Colombia, brillante y suave como los latinoamericanos, los africanos con sus exóticos sabores, o los asiáticos, ricos en historia y en sabores terrosos. Y todavía puede haber más variedad. Unos lo preferirán descafeinado, otros cortado; y también habrá quien lo pida manchado o con hielo.

Y, cambiando de tercio, para los amantes y entendidos del buen vino, que no borrachos, se ha celebrado este año en Jerez, el V Salón Internacional de los Vinos Nobles, al que he tenido la suerte de ser invitado y en donde he podido degustar los mejores vinos del mundo (Chateau D´Yquem ha participado con una cata vertical de cuatro extraordinarias millésimes)[1]; vinos de podredumbre como los TOKAJI ORESMUS, húngaros, vinos de botritis[2]. Los de Sauternes, los Riesling, GRANDES COLLEITAS DE OPORTO, los Samos de Grecia, los Vignaioli-Visanto-Trentino y Marsalas de Italia y, cómo no, los tintos y blancos de todas las regiones españolas, sin pasar por alto los florecientes vinos californianos, chilenos, argentinos, canadienses y australianos. Más de mil vinos de una veintena de países.
Probamos (eran tantos que había que hacer una acertada elección) los VOS (Vinum optimum signatun) y VORS (Vinum optimun rare signatum)[3]  Estas categorías indican no sólo la antigüedad (más de 20 años los primeros y más de 30 los segundos), sino también su calidad avalada por el Consejo Regulador.
La gran mayoría de los vinos se producen siguiendo los métodos franceses, tintos de maceración carbónica, blancos afrutados, fermentados o botritizados espumosos. La excepción y la originalidad: los vinos de Jerez y de Oporto. La diferencia entre ambos: el primero es un vino blanco y el segundo tinto.
Para el final de cada día, dejamos en nuestra cata (tuve la suerte de ir acompañado de un amigo experto, ya que yo no distingo un Don Simón con Casera de un Pesquera) los inigualables y únicos en el mundo vinos de Jerez, y éstos no los catábamos sino que nos los bebíamos. ¿Qué proletario, que seguramente no tendrá la oportunidad de verse en otra igual en su vida, tira a la escupidera un Fino Imperial de 140€ la botella? (a pesar de su denominación comercial es un amontillado); ¿o una manzanilla pasada de Sanlúcar con más de 30 años; o un Palo Cortado como el “Capuchino”, acompañado de un plato de jamón de bellota? Para terminar, redondeando la tarde/noche con uno de los Pedro Ximénez cordobeses, los mejores, por encima de los jerezanos y malagueños por la peculiar insolación a que son sometidas sus vides.
Tres días de disfrute de olores, sabores y sensaciones en el inigualable marco del Alcázar jerezano. Espero no haberos aburrido con esta , creo que nadie me discutirá, auténtica charla de Café.

 


 

[1] Según la estricta reglamentación francesa para la elaboración del Champagne, son los elaborados a partir de vinos bases de una misma añada y sólo en años especialmente buenos.
[2] Hongo que ataca a la vid. Para las vides jerezanas, por ejemplo, sería una ruina. En determinadas regiones, donde controlado y recolectada la uva según determinadas técnicas y procedimientos, produce unos vinos dulces de calidad.
[3] Algunas tendencias modernistas y con espíritu comercial, quieren darle el significado de Very old (Rare) Sherry, pensando en una mayor aceptación por el mercado de habla inglesa.

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