
Presentar al Sr. De Vos a estas alturas de la historia parece una osadía, mas me vais a permitir que intente perfilar un retrato que, depurado por el transcurso de los años, pueda enmarcar su figura en el espacio y el tiempo.
Stephan de Vos, don Esteban, fue una especie de lo que ahora se llamaría un profesor asociado, que convivió con muchos de nosotros y de alguna manera asimiló los avatares educativos de la época.
Querido Esteban:
Entre el revoloteo de los jovenzuelos que entonces rompían la quietud de estos habitáculos, apareciste con tu inconfundible apariencia de guiri total, un tanto desubicado, dispuesto a poner una pica en Flandes, pero al revés. Quiso el azar traerte a estas tierras tostadas con su oleaje de olivos y las brisas de la esperanza, y te aprendiste el camino con tanta precisión, que a pesar de los años transcurridos, no se te ha olvidado, y aquí estás otra vez con nosotros.
Alma noble y abierta, nos trajiste sin tu saberlo un aire nuevo, exponente de otras culturas, de las que fuiste referente para quienes teníamos muy circunscrito el horizonte de nuestras vivencias. No éramos tan europeos como ahora.
En los años en que llegas a la Safa, era palpable la inexistencia de una comunicación social, de una permeabilidad a las aportaciones de otras culturas que hubiesen permitido fomentar el espíritu crítico, el contraste de valores y en definitiva la apertura de conocimientos y afianzamiento de la persona. Porque la escuela es necesaria pero no es suficiente. Por ello tu estancia y convivencia entre nosotros significó el inicio de una aproximación a la interculturalidad y la percepción de un desarrollo moral basado en tu capacidad cognitiva, pensamiento autónomo y guiado por unos principios y otros que asimilaste con extraña rapidez. ¿Quién era tu maestro?
Y como el tiempo pasa, de aquella España “vertical” que conociste, hemos pasado, parece, a una España “ horizontal”. Ya no somos la “reserva de Occidente”; si acaso, “la conserva”. Precisamente este año de 2005 se ha decidido que sea el Año Europeo de la Ciudadanía a través de la Educación, considerada la ciudadanía, no como un concepto jurídico y político, sino un concepto global. Desarrollar el pensamiento crítico y aprender lo que es la convivencia facilitan la comprensión mutua, el dialogo intercultural, la solidaridad, la negociación, la concertación, la igualdad entre hombres y mujeres y las relaciones armoniosas en los pueblos y entre los pueblos. Ya en aquella época algunos lo vislumbrabais.

Tu notoria afición deportiva, y no digamos la taurina, no impidieron que tocases el silbato con desdeñosa elegancia y rehuyeras los toros desde la barrera. Y fíjate que tendrías que lidiar algún que otro morlaco, por lo que la suerte de muleta te hubiese venido bien aprenderla. Eso sí, tu interés por aprender español era tan inconmensurable que te dabas unas sesiones sin fin. Observador desde las gradas del campo de fútbol, aprendías lo más selecto del vocabulario que en aquellos trances se vociferaba, mÁs propio de pendencieros y bellacos que de futuros maestros, y luego lo perfeccionabas con algunos eximios lingüistas que te hacían la puñeta con sus bromas y traducciones. Quedó en los anales de la historia tu celebrada traducción de Les haricots, ils me tombent malade…. Ahora tu castellano es muy bueno; cojonudo, que dirías tú.
Y para concluir, no quiero privarme de exponer lo siguiente:
Es mi fiel Stephan de Vos,
que diría Jesús Burgos,
dos veces flamenco, dos,
por arte de los demiurgos:
una es por su nacimiento,
la otra por tío cojonudo.
que diría Jesús Burgos,
dos veces flamenco, dos,
por arte de los demiurgos:
una es por su nacimiento,
la otra por tío cojonudo.
Úbeda, 29 de Octubre de 2005.
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Publicado en: 2005-11-04 (38 Lecturas).