Y más…

Dice aquí el cofrade José María que el ritmo diacrónico de la evolución lingüística es generacional; sin embargo algunos tuvimos que darle al sincronismo para enmascarar una forma de hablar y evolucionar a otros patrones menos viciosos, pero alejados de la tradición localista de nuestra procedencia. ¿Acaso un freno a la evolución del habla?. La norma, el patrón, eran obtenidos de los mayores. Ahora, así al menos lo percibo, los medios de comunicación contribuyen a la globalización del habla, permitiendo conocer las ricas variedades localistas, generalizando la dicción y sustituyendo los antiguos patrones por los de locutores, presentadores y demás caterva mediática. Con lo que al final es así como dice José M.ª, evolución generacional…

Y hablando de generacional, qué trabajo me costó erradicar el fuera ido que toda la gente de mi pueblo dice, universitarios incluidos. O “cuando lleguemos era la hora de comer”.
El hecho es que la norma, la sintaxis, se llegó a medio dominar, no así el habla que solía traer problemas a la hora de hacer un examen oral, dictar una conferencia o simplemente exponer unas cuartillas fuera del ámbito geográfico de Andalucía. Variadas anécdotas se podrían traer a cuento, como la profesora de Didáctica Especial que sufrí en la facultad de Valencia. Era catalana y parecía extrañarle que escribiésemos, los cuatro andaluces que allí estábamos, correctamente el castellano, y nos miraba con especial interés las finales de las palabras por aquello de las eses. Aunque lo mas grave no era eso. Llegó a preguntarme si era sudamericano, pues no cabía en sus esquemas que un andaluz pudiera estudiar filosofía pura, pedagogía y otras artimañas, que sirviesen no solo para satisfacer al espíritu, sino también las necesidades mas acuciantes de la vida cotidiana.
No tan lejano queda el tiempo en que el habla andaluza era algo como sinónimo de incultura, con lo contento que estaba de hablar tan buen granaíno y tan mal castellano. Dignificar lo andaluz, que no regenerar, con base en ese patrimonio heredado, parece ser una constante desde hace unos años. Al cabo de tanto tiempo en contacto con el profesorado, he sido testigo de variadas estrategias y argucias educativas para enseñar a nuestros chavales la lengua castellana, sin recapacitar en que hubiese sido mas fácil partir de lo que el alumno domina. Valga de ejemplo aquel maestro que decía a sus alumnos: sordao, cormao, parma y mardita sea tu arma se escriben con l.
20-03-04.
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