24-08-07.
La caracola del llanto
riéndose está en la playa,
porque ya está junto al mar.
La luna nos mira y calla.
***
Dos miradas enlabiadas,
donde dices sombras, digo
una ilusión de colores.
La Alhambra es nuestro testigo.
***
Si me dices que me quieres,
no dejes que el sol se calle.
La luna y la tierra saben
que hay un piropo prendido
en el pliegue de tu talle.
***
Porque te quiera no llores
ni mires al cielo, nena.
Que el corazón que me queda
lleva tu rosa en mi pena.
***
Volví la mirada atrás
y me quedé sin camino;
porque buscando tu andar
encontré que ya no estabas.
Triste destino el destino.
***

de lo nuestro, compañera,
sigue segando los trigos
que sembramos en la era.
***
Soñé que soñando estabas
con un cielo de azucenas,
y te quedaste sin mar.
¡Qué tristes eran las penas!
***
En la piel de tu vestido
marcada quedó mi huella.
No laves más en el río.
No quiero ahogarme con ella.
***
Aquellas horas de amores
en la vida que vivimos.
Suenan campanas y gritos.
Beso y silencio. Perdimos.
***
Quererte es goce feliz,
no quererte, cárcel.
Verte, saludar al sol. Resumen:
cárcel y goce, perderte.
***
En una clara mañana
dos pajarillos jugaban
con una cometa azul.
El pájaro blanco decía:
—¿Dónde estará el cielo, tú?
Y el pajarillo pequeño
respondió con firme voz:
—El cielo somos los dos.
***
Yo no sé casi nada. Todo es verte
hortelando mi almendro y ensangrarte.
Nada sé. Todo soy con el mirarte:
volcán, demonios y dios para quererte.